Aunque no aparece en el multienlazado (tanto, que paso de enlazarlo) Diccionario de falacias que, junto con su implicación en los GAL, constituye el nudo dentro de la obra del polifacético Ricardo García Damborenea, la apelación a la tradición es una de las trampas lógicas con las que nos tropezamos más a menudo; como ejemplo más evidente de esta práctica, los discursos que se escabullen de la ponderación entre artes plásticas y maltrato animal para justificar la continuidad de la fiesta taurina apuntando a su largo recorrido.
Este blog, sin ir más lejos, también sufre en sus carnes las consecuencias de este conservadurismo a través de categorías como la actual, que se viene repitiendo año tras año sin que nunca haya tenido un ganador claro, y, mucho menos, consistente.
¿Digo que el peor disco del año es el de Enrique Iglesias, a pesar de que solo he escuchado su irritante single? ¿Sería poco ético hacerlo si no me escucho antes todas las pistas varias veces (¡anda ya!)? O también puedo tirar de decepciones, como Galimatías, de un irreconocible Algora, cuyo resultado hace a uno dudar que su autor sea el mismo que tres años antes consiguió alcanzar el reconocimiento desde uno de los circuitos menos lucidos, a través de aquel hit tras hit que fue y es Planes de verano.
Optando por el término medio, donde no es que no se encuentre siempre, sino que apenas coincide unas pocas veces la virtud, para cumplir la formalidad, y sin demasiado entusiasmo, hago entrega de los laureles del petardeo musical al Teenage Dream de Katy Perry, sucesión del pop más deliberadamente pegajoso, fallido tanto en ese propósito como en el de transgredir, con picardías tan melifluas que parecen sacadas de la libreta en la que Nino Bravo descartaba sus rimas excesivamente repipis.
Taladros armónicos como California Gurls sirven de penúltima evidencia para la obviedad de que no basta con tener a un productor molongui y a un rapero al lado para que tus temas se sostengan en pie; aunque, desgraciadamente, también constatan que hasta un hámster podría alcanzar los primeros puestos dentro de las listas de éxitos sirviéndose exclusivamente de esas ayudas.
Hay que concederle, por otro lado, el justo reconocimiento a la labor comparativa que desinteresadamente lleva a cabo un álbum como este: a su lado, el peor single de Lady Gaga y la más horrenda de las caras B de Madonna se convierten en clásicos inmarcesibles.
Palmarés
2009 - Vinagre y rosas (Joaquín Sabina)
2008 - Rockferry (Duffy)
2007 - Desierto
2006 - Whatever People say I am, that's what I'm not (Arctic Monkeys)
28 enero, 2011
Peor disco 2010: No me decido
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