Para empezar, os dejo dos enlaces: este y este. ¿Notáis alguna diferencia entre ambos? Las similitudes saltan a la vista: ambas son lecturas superficiales, ninguna provoca una mínima sonrisa... pero me refiero a la esquina inferior derecha de la imagen. ¿Ya?
Efectivamente: Forges, que ni se llama Forges, sino Antonio Fraguas, y que venía incluyendo desde hacía más de un año la cantilena esa en cada viñeta, ha acabado por rogar a Dios y dar con el mazo, olvidándose, ya no en segunda, sino en primera persona de Haití. Canalla, sátrapa, egoísta, fariseo.
Como cuando tu tía la del pueblo te regala una vasija horrorosa y la tienes que colocar en el recibidor para que no se te enfade, pero siendo él mismo el que se buscó la ruina, el dibujante atravesó un año por el desierto, con pesadillas día sí y día también en las que soñaba que estaba comiéndose una naranja (si había cenado ligero, solo una mandarina) y, al quitarle la pegatina, le daba por leer su rótulo: "Pero no te olvides de Haití". El horror. El horror cítrico.
Su resistencia fue estoica, pero, al final, como todas las promesas de mi amor se irán contigo y me olvidarás, tuvo que claudicar y mandar con viento fresco a los negritos haitianos (que son muy monos, pero para un día o dos: lo poco gusta y lo mucho cansa) para recuperar esos 30×30 píxeles que cada día se le hacían más queridos. Como cuando le dejas a alguien tu plaza de aparcamiento y acabas diciéndole que te la devuelva, porque lo ves que se encariña demasiado con ella. Que no la vas a usar, oye, pero es tuya. Tuya.
23 enero, 2011
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Vaya ganas que tenías de que lo quitara para poder comentarlo, ¿eh?
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/vineta/?autor=Forges&d_date=20110123&anchor=elpporopivin&k=Forges --> Ayer lo puso, no sé si porque era el día del Señor o porque ha optado por ponerlo aleatoriamente.
Por otro lado, este verano ya pillé un día en que no había cartelito, pero no recuerdo la fecha...
El post llevaba en la nevera acechando desde que colocó el primer cartelito, claro.
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