29 enero, 2011

Mejor disco nacional 2010: El enemigo de las rubias

Un detalle de mi personalidad que llevaba en el más absoluto de los secretos es el de mis ligeras dificultades a la hora de dar el brazo a torcer. Sé que os será difícil recobraros ante una revelación de este calibre, pero la franqueza también conforma una columna maestra irrenunciable en mi carácter.

Como prueba de mi obstinación, quedan estas entregas episódicas de lo mejor del año, que quizá no hayan resultado tan buena idea como sonaba en el momento de su gestación, pero con la que sigo adelante contra viento y marea y, por fin, con la de hoy, acabo la parte rollo, la de las categorías menores que en las ediciones pasadas ventilaba en un par de líneas.

A pesar de que este año han sacado álbum bandas que se sitúan entre mis preferidas dentro del capítulo estadoespañolés, los resultados oscilan entre la abulia del más de lo mismo (Los planetas, Ellos) o el rechazo por un radical cambio de estilo que representa una traición a la obra previa (Maga, Algora).

Afortunadamente, a pesar del fracaso de este establishment, o precisamente como consecuencia, la escena underground se reinventa y nuevos outsiders reivindican su lugar dentro del panorama estatal (prometo que no he recibido un encargo, a la manera de Moncho Borrajo, para incluir en el mismo párrafo establishment, underground y outsiders).

Entre esta nueva ola, una de las voces que empieza a sonar con más fuerza es la de Raúl Querido, que cumple con creces su labor de ariete contra la generación previa, requisito indispensable para establecer un movimiento artístico. Cabeza visible del, podríamos llamarlo, "Grupo del eMule", no es ya solo que aproveche las redes sociales para dar a conocer su música, ni siquiera que lo haga exclusivamente a través de ellas, sino que directamente abandona la estructura tradicional de creación de un álbum cada dos años, para publicar cada canción en el momento en el que la termina, a través de compilaciones brevísimas (aunque él se refiere a ellas como EP, no es exactamente lo mismo) con alguna peregrina excusa temática.

De entre estas obras, la que ha alcanzado una mayor repercusión es, precisamente, la que arremete contra figuras (femeninas) de peso (unas más que otras) en la música del país: Enamorado de las rubias, que contiene solo dos temas, donde se escupe sobre Christina Rosenvinge y Amaia Montero, y un medley bastardo, aunque se completa a través de Mai, ¡oh, Mai!, dardo para Mai Meneses confeccionado a la manera de un rap e incluido dentro de 4​+​2 Canciones para el Señor Pollo, con el que se cierra el tríptico de las divas decadentes.

Habrá quien lo vea como el enésimo chiste sobre la pretérita obesidad de Amaia Montero, pero, bajo la superficie, se encuentra la nada, y precisamente ahí reside la virtud de esta medicina revulsiva que persigue vaciar un estómago musical congestionado exceso tras exceso. Música para vomitar. Café con sal.

Palmarés
2009 - El primero era mejor (Manos de topo)
2008 - Ortopedias bonitas (Manos de topo)
2007 - La revolución sexual (La casa azul)
2006 - Batiscafo Katiuscas (Antònia Font)

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