22 septiembre, 2009

Morro

Supongo que todos conocéis a Isabel Gemio. Alguno dirá que es la del perrito y la nocilla, pero se equivoca, porque ese programa se emitió (se emitió, claro) durante la etapa del espacio presentada por Concha Velasco.

Resulta que, por obra y gracia del zapping radiofónico, me topo con la señora esta en pleno debate con Fernando Sánchez Dragó. Se conoce que la tía presenta ahora un programa matinal de fin de semana en Onda Cero.

La miga del asunto reside en que la antigua presentadora de Lo que necesitas es amor y Sorpresa, sorpresa, junto con su invitado cómplice, se dedicaba a despotricar del lamentable estado actual de la televisión en España, carcomida por los efectos de la telebasura. Sí. La Gemio. Con dos ovarios.

11 septiembre, 2009

Lucha

Uno sufre constantemente la erosión uniformizadora del sistema, y el organismo, que no es ajeno a esta circunstancia, dispone de sus propios anticuerpos para atajar las embestidas.

No es necesario quemar contenedores para alejarse de la línea recta, sino que basta con pequeños detalles para autoafirmarse y huir de la alienación.

Entre los muchos megáfonos con los que el mainstream vocea su discurso, uno de los más persistentes es el de las radiofórmulas, que emponzoñan el cerebro hasta de sus oyentes pasivos (es decir, los que la escuchan de fondo sin prestarle atención, porque el compañero de trabajo la ha encendido).

La dominación se manifiesta cuando nos ponemos a silbar o tararear y a la tercera nota nos damos cuenta de que se trata del último single de Carlos Baute. Pero aquí es cuando el ser humano demuestra su espíritu batallador y su negativa a rendirse: en lugar de seguir con una canción que nos produce un absoluto bochorno o detenerse, la solución comúnmente adoptada pasa por fintar ese tema y concatenar notas aleatorias para simular que estábamos improvisando.

No va a colar, pero nos sentiremos más rebeldes, mejor.