Como elemento más significativo está la elección de persona y número a la hora de referirse a uno mismo. En la tabla que expongo a continuación se valora la idoneidad de cada una de estas posibilidades de forma cromática, donde el verde señala lo óptimo y el rojo lo más denunciable, con el gris indicando los casos más infrecuentes, que me he abstenido de comentar.
Para complementar esta tabla, añado una breve explicación de cada una de estas opciones.
- Primera persona del singular: Diagnóstico, persona corriente, en principio. Vaya, que igual luego les robas las bragas del tendedero a tus vecinas o escuchas discos de Manolo García, pero eso ya no lo detecta este criterio. Qué coño, si estás leyendo esta chorrada, tan tan normal no eres.
- Primera personal del plural: Estás en la élite de un deporte de equipo (vale, tiene su lógica) u otro individual y se te ha olvidado modificar el número a la hora de copiarles las frases formularias a los futbolistas. "Sí, bueno, hemos hecho lo que hemos podido" tiene sentido viniendo de Raúl, porque se refiere a los once jugadores, pero no tanto cuando lo dice Fernando Alonso.
- Tercera persona del singular: Bastante ególatra.El prototipo es una persona bajita y pagada de sí misma que pretende darse más relevancia de la que tiene con este truco. Como José María García o José María Aznar (no es obligatorio llamarse José María; a Hitler también le pega, seguro que lo hacía). Es algo tipo "Mire, José María García siempre ha hecho lo que su conciencia ha considerado oportuno y nunca ha recibido una sola peseta de nadie para cambiar su opinión". Como dato adicional, señalar que una profesora mía de Gimnasia pertenecía a este grupo. Sé que no aporta mucho, pero es que lo de Gimnasia les da mucha rabia a los profesores de Gimnasia (ellos lo llaman "Educación no sé cuántos"). Gimnasia. Gimnasia.
- Tercera persona del plural: Te quieres dar importancia erigiéndote en representante de un colectivo y enfrentándolo al mundo sin que nadie os haya mencionado. Este grupo contiene dos variantes del mismo telar con intersección no nula: los comeniños y los malvados. Ejemplo: "claro, es que los motoristas son unos malvados que comen niños crudos y no respetan ninguna señal". Odiosos. Muy odiosos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario