14 agosto, 2009

Intensivo

Las diversas disciplinas de artes, deportes y demás actividades requieren un tiempo variable para comprenderlas y un mayor período para dominarlas, esto es algo evidente; sin embargo, existe una excepción: en los concursos, todo compatriota de alguno de los participantes queda automáticamente reconocido como experto en la materia.

Expliquemos esto con unos ejemplos:
  • Ceremonia de los Oscar. Una de las cinco finalistas en la categoría de mejor película de habla no inglesa comparte nacionalidad con usted, que no ha visto ninguna de las candidatas (ni siquiera la de su país). En caso de que la Academia decida otorgarle el galardón a otra cinta, tiene derecho a emitir cualquiera de las siguientes sentencias: "Claro, si es que estos yanquis no tienen ni puta idea", "Menuda manía que nos tienen los americanos, porque estaba claro que la nuestra era la mejor".
  • Juegos Olímpicos. Final de alguna de las modalidades de gimnasia, gimnasia rítmica, natación sincronizada o cualquier otro deporte que usted ve solo durante cinco minutos cada cuatro años (si participa alguien de su nación). Su país está representado y no gana. No se quede de brazos cruzados, debe actuar: "Menudo robo, ha ejecutado el mortal con doble tirabuzón [es recomendable que, durante la prueba, apunte alguno de estos conceptos cuyo significado desconoce] de una forma perfecta", "No, si estaba cantado que iba a ganar el de casa".
  • La UNESCO determina no incluir a su ciudad o a un elemento arquitectónico de esta entre los beneficiados con el título de Patrimonio de..., Maravilla..., o similar. Usted no dispone de conocimientos sobre la materia, pero eso no le debe impedir la defensa de lo suyo. Venga: "Pues el altar mayor está muy limpio, es una vergüenza que no lo hayan tenido en cuenta". "Esto es que al jurado que se pasó a visitar la ciudad no lo untaron lo suficiente".

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