25 diciembre, 2007

Difusión

Todos comprendemos, inmediatamente, cuando nos hablan de que un actor es un "hombre de teatro" o una actriz es una "gran dama del teatro" que, en realidad, no se nos están comentando las enormes aptitudes para dicho arte, sino su incapacidad para desarrollar una carrera cinematográfica; es decir, que ante la cámara siguen declamando, confundiendo el set con las tablas.

Algo similar es lo que ocurre con Goyo González, a quien nadie dudaría en describir como un "hombre de radio", lo que no es más que una forma delicada de obviar lo que todos pensamos al verlo: el tipo que hacía de jeta en el programa aquel tan lamentable, "Uno para todas".

Actualmente compagina (o compaginaba hasta hace unos meses, no estoy seguro) un programa en la autonómica asturiana sobre cocina con una hora diaria en SER Madrid, y lo curioso es que, despojado el primero de la imagen, sería indistinguible del segundo[1]: una sucesión de chistes malos de González, preocupado en todo momento por "no dejar silencios", causando una perplejidad similar a la de Argiñano, con el agravante de que, en "El gusto es mío", el cocinero es un invitado, y Goyo tiene en todo momento las manos libres para ir comentando cada ocurrencia que se le pase por la cabeza. Sin dudar nunca en hacerlo, claro.

Y lo peor de todo es que no se puede decir que resulte cargante, porque el tipo no acaba de caer mal, por mucho que uno ponga empeño en ello. La sensación que provoca se acerca más a la vergüenza ajena de ver a tus padres bailando en una boda. Cercanía y estupefacción.

[1] Lo que me trae a la mente la crítica que se le hace constantemente a Garci y a gran parte del cine español: que, sin imagen, la historia se podría seguir con la misma precisión que con ella, dado lo "pormenorizado" de los diálogos; el "cine radiofónico", que alguien dio en llamarlos y que sirve de cliché para criticar una tras otra (con toda la razón del mundo, sí), cada nueva obra de Garci. Para comprobarlo, acúdase a la crítica de Luz de domingo en Cahiers du cinéma, a cargo de Gonzalo de Pedro.

1 comentario:

  1. Casciari siempre dice que en España no se hace televisión, sino radio-teatro. Que puedes cerrar los ojos y la calidad de las series es exactamente la misma :-P

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