31 diciembre, 2010

Tibieza

Voy a expresarlo sin ambages: estoy harto. Pero harto, harto. Aunque tenga que colocarme la casaca (o la casulla) de tertuliano de Intereconomía para ello, hoy voy a defender al de ahí arriba; sí, a Dios.

La causa que despierta mi cólera la constituyen las felicitaciones navideñas; las postalicas, los christmas. Ya sabéis de lo que os hablo. Si hacemos una estadística con los motivos más repetidos en estas tarjetas, el liderato incontestable lo ostenta Papá Noel (la única persona con más de quince nombres que no se adscribe a ninguna de las familias reales), posición dominante que incluso se incrementaría si le sumamos las que emplean su gorro o sus renos; los puestos de honor restantes los ocupan copos y muñecos de nieve, abetos decorados con bolitas y guirnaldas, los Reyes Magos y, horror, los regalos.

¿No echáis algo en falta en esta lista que se precia de ser altamente exhaustiva? Empieza por la de. ¿Nada? ¿Seguro? Hablo de la De, la De de Dios.

Aunque los espurios intereses de El corte inglés y la tendencia a lo hortera y el kitsch hayan convertido en anécdota el acontecimiento cuyo aniversario se celebra durante estas fechas, Loquemola se erige en ariete del respeto a la Historia (que escribo con mayúscula no en cuanto disciplina, sino porque me refiero a la recogida en las Sagradas Escrituras) y reclama la presencia obligatoria de alguna de las tres manifestaciones de la Santísima Trinidad en todas y cada una de las tarjetas que se repartan, ya sea impresas o de manera virtual, pues la obra de Cristo debe ser difundida de todas las formas que la tecnología, obra del hombre y, por tanto, Suya propia, permita.

Si os avergonzáis de la herencia cristiana responsable de la tradición actual del Estado español, en toda su plurinacionalidad, simplemente no enviéis estas estampas, que en nada se diferencian de colocar los Power Rangers en el Belén. Las cosas, si se hacen, se hacen bien. Y, por supuesto, nada de colocar a Santa Claus en los balcones: que los escale Nuestro Señor, que se basta y se sobra, sin trineo trucado ni nada.

Eso, que feliz 2011 a todos y todas.

1 comentario:

  1. Espero que el equipo de redacción de Loquemola no haya decidido dejar el resumen de la pasada década para cuando termine la presente.

    Los sufridores fans estamos con el corazón en el puño.

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