02 enero, 2010

Fin de una década

El 2009 que nos ha abandonado pasó de una manera bastante insulsa. Ligeros cambios políticos en Occidente, revueltas en América Latina, continúan las guerras de Iraq y Afganistán: lo de siempre. Ni siquiera tocaban Juegos Olímpicos, ni Eurocopa, ni Mundial ni nada de nada, salvo lo del baloncesto. Un rollazo de año.

Mejor película: 36 vues du Pic Saint-Loup, de Jacques Rivette, donde, a través de una trama tan y tan poco simple como siempre en su obra, uno se da cuenta de lo necesarios que eran los armatostes cercanos o superiores a las tres horas del francés.

Este apartado lo acompaño de Top 10:
  1. 36 vues du Pic Saint-Loup, de Jacques Rivette
  2. Trash Humpers, de Harmony Korine
  3. Singularidades de una chica rubia, de Manoel de Oliveira
  4. Yuki & Nina, de Nobuhiro Suwa e Hippolyte Girardot
  5. Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar
  6. La familia Wolberg, de Axelle Ropert
  7. Teniente corrupto, de Werner Herzog
  8. Hazme reír, de Judd Apatow
  9. Adventureland, de Greg Mottola
  10. Villalobos, de Romuald Karmakar
Mejor película española: Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar, estrella indiscutible en un año paupérrimo artísticamente y burocráticamente (el desastre con las subvenciones y posterior paralización, las amenazas de Guardans hacia los festivales), pero brillante en el plano económico para la cinematografía nacional, la única producción que se salva es este último Almodóvar, maravillosamente excesivo en su faceta autoral, repleto de referencias (los DVD de Rossellini y los libros de Tonino Guerra aparecen de la nada) y tan imperfecto que casi es perfecto.

Peor película: Avatar, de James Cameron, estandarte de una revolución que pretende que el cine del s.XXI adquiera los peores vicios de su predecesor, así como portavoz de la corriente por la que la calidad cinematográfica se mide en dólares de presupuesto y de recaudación.

Mejor disco: Merriweather Post Pavilion, de Animal Collective, al que he llegado tarde, cuando ya habían salido las listas de la mayoría de medios especializados, pero al que resulta imposible no rendirse: ha sido elegido de manera prácticamente unánime como álbum del año y por algo es. De forma adicional, destacar dos debilidades mías que han sacado nuevo trabajo durante este año demostrando que siguen en plena forma: Morrissey con su Years of Refusal y el Yes de Pet Shop Boys.

Mejor canción: Not Fair, de Lily Allen. Las campanas del pueblo resuenan al mediodía para anunciar el duelo en OK Corral con el que la inglesa se cobrará justa venganza por los miles de años de mamadas no correspondidas.

Mejor disco nacional: El primero era mejor, de Manos de topo, mucho más flojo que el primero, aunque coherente con la línea que aquel abrió. Como apenas he escuchado discos españoles lanzados a lo largo de 2009, subsano con esta categoría el error de no haber galardonado a este grupo cuando correspondía con el brillante Ortopedias bonitas.

Peor disco: El que ha sacado Sabina con el que nos han torturado en todas las emisoras de radio y televisión. Como se llame.

Peor canción: I gotta Feeling, de los Black Eyed Peas. Como siempre, este apartado refleja no solo la mediocridad, sino también el abuso de los medios, que la eligieron para abandonar el insoportable y fracasado desde el nacimiento movimiento olímpico Madrid 2016. En un segundo plano se quedan dos temas de 2008 que han seguido resonando en nuestras cabezas: Human y Viva la vida.

Mejor programa de televisión: Ilustres ignorantes, de Canal +, al que no tengo acceso ya que no estoy abonado a Digital +, pero que se puede ver a través de su web en plus.es. No se lo puede calificar de innovador, dado que, en esencia, es humor con sabor a años noventa a cargo de unos personajes con poca o ninguna cabida en la televisión actual: Javier Cansado, Pepe Colubi, Javier Coronas; precisamente por eso, es el argumento definitivo para acompañar al "cualquier tiempo pasado fue mejor". Porque Lo + plus, su referente inmediato, fue algo grande.

Peor programa de televisión: Callejeros, de Cuatro, formato de exploitation donde se recopilan las miserias en los barrios más deprimidos de las grandes ciudades españolas, buscando la carcajada fácil a costa del analfabeto y el desequilibrado. Por si fuera poco, su tremendo éxito ha provocado que la fórmula trascienda al resto de emisoras nacionales.

Personaje del año: Manuel Zelaya, cuya deposición forzosa ha logrado que durante una escasísima ventana temporal, Honduras existiese más allá de Tegucigalpa, ocupando titulares de los medios internacionales. Poco después, el tema se olvidó por completo, claro.