24 agosto, 2009

Apatow sí, Marías no, y encima con spoilers

Quedaba ya casi presuntuoso por parte de este blog el no haber entrado nunca en la refriega entre los partidarios y detractores de Judd Apatow, pero el momento al fin ha llegado.

Tras cierta decepción con su segunda película, Knocked Up, pero entusiasmado con tres de las obras de sus secuaces (Superbad y Adventureland, de Greg Mottola, así como Forgetting Sarah Marshall, de Nicholas Stoller), decidí enfrentarme a la génesis de la factoría: la serie de televisión Freaks and Geeks, producida por Apatow, que además dirige cinco de sus episodios, y protagonizada, entre otros, por Seth Rogen y Jason Segel, culpables de la recuperación del concepto "film de actor".

La serie, al igual que todo el cine posterior manufacturado en casa Apatow, muestra sus cartas desde el minuto cero: un instituto con atletas, pardillos, macarras, animadoras, novatadas, fiestas y porros. Nada que no apareciese en Dazed & Confused, film con el que lo comparte prácticamente todo. Podemos ir incluso más allá, y afirmar con rotundidad que Compañeros trata exactamente las mismas temáticas, salvando las distancias culturales (en vez de atletas, bacaletas, y en lugar de animadoras, yenis; lo mismo me da, que me da lo mismo).

Sin embargo, el hecho diferencial aparece, en forma de quien Javier Marías calificaba como "el más reciente y abominable" de los "cómicos detestables y sin atisbo de gracia", Seth Rogen (Ken). Y de Jason Segel (Nick), Busy Philipps (Kim) y James Franco (Daniel). Los freaks, los malotes. Ese lado oscuro que Linda Cardellini (Lindsay), la insufrible protagonista con trenca verde, explora a lo largo de la serie, y presa de cuyo indudable atractivo también caen en otros episodios Milly, su amiga, o Sam, su hermano, culpable este último, junto con sus amigos pardillos del contrapunto a lo molón de la nueva faceta de Lindsay (aquí no se separa de Compañeros, serie en la cuál a nadie importaban tampoco las batallitas de los niños de la primaria, pero sí de la citada obra de Linklater, donde la peripecia del novato ocupa un lugar capital), y recordatorio de sus orígenes como empollona.

Y el plato fuerte (junto con los papeles estelares de Ben Stiller, Jason Schwartzman o una Rashida Jones idéntica a la que se comería diez años después la tercera temporada de The Office) llega en el penúltimo episodio, "The Little Things", con la secuencia que paso a describir y que se reproduce en forma fotográfica al final de esta entrada: el lacónico y punzante Seth Rogen (da igual que se llame Ken: es Rogen) cae enamorado de la chica que toca la tuba en la banda del colegio. Yada-yada-yada, y resulta que la muchacha nació con genitales de ambos sexos, como siempre se ha rumoreado de Jamie Lee Curtis y Anne Igartiburu. Él no sabe muy bien cómo reaccionar, y tras alguna escena gruesa y prescindible (las dudas sobre su sexualidad, testeada poniendo en la balanza revistas de chicos desnudos y de chicas desnudas), llega el inmejorable desenlace: acepta su condición y la besa bajo la tuba, mientras acaricia el instrumento.

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14 agosto, 2009

Intensivo

Las diversas disciplinas de artes, deportes y demás actividades requieren un tiempo variable para comprenderlas y un mayor período para dominarlas, esto es algo evidente; sin embargo, existe una excepción: en los concursos, todo compatriota de alguno de los participantes queda automáticamente reconocido como experto en la materia.

Expliquemos esto con unos ejemplos:
  • Ceremonia de los Oscar. Una de las cinco finalistas en la categoría de mejor película de habla no inglesa comparte nacionalidad con usted, que no ha visto ninguna de las candidatas (ni siquiera la de su país). En caso de que la Academia decida otorgarle el galardón a otra cinta, tiene derecho a emitir cualquiera de las siguientes sentencias: "Claro, si es que estos yanquis no tienen ni puta idea", "Menuda manía que nos tienen los americanos, porque estaba claro que la nuestra era la mejor".
  • Juegos Olímpicos. Final de alguna de las modalidades de gimnasia, gimnasia rítmica, natación sincronizada o cualquier otro deporte que usted ve solo durante cinco minutos cada cuatro años (si participa alguien de su nación). Su país está representado y no gana. No se quede de brazos cruzados, debe actuar: "Menudo robo, ha ejecutado el mortal con doble tirabuzón [es recomendable que, durante la prueba, apunte alguno de estos conceptos cuyo significado desconoce] de una forma perfecta", "No, si estaba cantado que iba a ganar el de casa".
  • La UNESCO determina no incluir a su ciudad o a un elemento arquitectónico de esta entre los beneficiados con el título de Patrimonio de..., Maravilla..., o similar. Usted no dispone de conocimientos sobre la materia, pero eso no le debe impedir la defensa de lo suyo. Venga: "Pues el altar mayor está muy limpio, es una vergüenza que no lo hayan tenido en cuenta". "Esto es que al jurado que se pasó a visitar la ciudad no lo untaron lo suficiente".